
Esta columna fue publicada originalmente en la revista Salú de HelloWine.
Cuando hablamos del Baco, inevitablemente surgen comentarios en torno a su “estricto” dress
code, el que no permite ingresar con sandalias, sudaderas o jockeys. Efectivamente se trata de una
práctica a la que no estamos acostumbrados en Chile, pero que, además de no ser para nada grave
-pues todos los lugares, de alguna forma, se reservan el derecho de admisión-, no opaca la
realmente positiva experiencia que nos brinda este ya clásico restaurant de gastronomía francesa.
Se trata de un lugar más bien sobrio, pero no aburrido, que ofrece una vasta carta con distintos
tipos de entradas y picoteos -o “bacoteos”, como ellos los definen- donde reinan ostras, locos,
quesos y charcutería, todo de primer nivel y en distintos formatos.
En lo que refiere a platos de fondo, nos encontramos con una serie de verdaderas tentaciones
como el Pappardelle del Mar ($13.000), ideal para quienes gozan con las pastas, los maricos y los
pescados; o su delicioso Steak Tartar ($12.000), que, perfectamente condimentado y coronado
con una yema de huevo, como debe ser, viene acompañado de ensalada verde y una generosa
porción de papas fritas caseras que lo hacen aún más apetecible.
Por otra parte, un buen restaurant de inspiración francesa no sería tal sin una completa carta de
vinos. Aquí realmente destacan con una oferta para todos los gustos que no dejaría indiferente ni
al más avezado sommelier. Pero, si lo tuyo es la cerveza, la recomendación es el schop La Montaña
IPA ($5.000), refrescante y de amargor liviano.
Respecto al servicio, no hay otra palabra que excepcional. El trato es cordial de principio a fin y los
garzones saben muy bien cómo satisfacer a sus comensales brindando una atención oportuna y
entregándoles, sin titubear, toda la orientación que necesitan a la hora de hacer su elección. Cabe
mencionar que en Baco no se admiten propinas. Ésta dejó de pedirse hace algunos años cuando
Frédéric Le Baux, el dueño, decidió aceptar la solicitud de sus trabajadores de incluir en sus
sueldos el valor equivalente a las propinas en forma estable. De esta forma, la atención está
incluida en el valor de los platos.
En definitiva, Baco es un lugar que está por sobre la media en cuanto a calidad de su
preparaciones y servicio, y que se encumbra entre los mejores lugares de Santiago. En ese sentido,
asoma con una excelente opción para acudir en plan de amigos, cita o familia, sin riesgo alguno de
llevarse una decepción.
Nueva de Lyon 113, Providencia, Santiago.