
Las últimas semanas fui testigo de cómo El Desembarco, una hamburguesería de origen argentino, anunciaba su arribo a Chile con una interesante estrategia de redes sociales: muchas y muy buenas fotografías mostrando lo espectacular de sus preparaciones, todas bien cargaditas a los ingredientes y de apariencia increíble.
Resulta que, de pura casualidad y justo cuando me atacaba el hambre, me vi muy cerca del local: no dudé en ir a probar sus burgers. Me senté en las mesas de la terraza y me atendieron de inmediato, lo que me pareció muy bien.
Me contaron de sus 10 salidas de cerveza, todas artesanales, por lo que pedí una IPA -cuyo nombre no recuerdo- que llegó rápido y estaba bien rica, aunque le faltaba un poco de temperatura. Acto seguido, pedí una hamburguesa que no podía ser más clásica y que sería un buen barómetro para determinar la calidad de la preparación: doble cheeseburger.
Pasó un buen rato, por lo menos 25 minutos (sí, un poco lento a mi juicio) y llegó. La verdad es que la hamburguesa, particularmente las carnes, no estaban mal: jugosas, de buen gramaje y sabor correcto, pero nada distinto a otras hamburgueserías. La sentí muy similar a las que sirven, por ejemplo, en Wendy’s. O sea, una hamburguesa casi de cadena que, a mi juicio, resultó un poco insípida. Quizás la cosa sea diferente con las otras opciones de la carta que incluyen más ingredientes. En resumen, una hamburguesa que perfectamente podrías preparar en casa y quedaría muy similar.
¿Qué puedo destacar? Si bien me encantan las smash burgers, hoy el mercado chileno está repleto de ellas. En ese sentido, se agradece que existan alternativas a ese formato. Bajo mi punto de vista, las hamburguesas que sirven en El Desembarco son un punto medio entre una smash y una convencional. Hay una apuesta en cuanto a su estilo y está bien. De hecho, el pan es distinto, tiene su sello, y eso se agradece.
Si tuviera que resumir la hamburguesa en una frase, diría que le faltó amor. Sé muy bien que la publicidad exacerba las cualidades de una preparación, pero de verdad esperaba más contundencia en esta cheeseburger.
Pese a todo -y aunque, de momento, creo que está lejos de ser una de las mejores hamburgueserías de Latinoamérica-, siento que todavía merece una oportunidad. Eventualmente, los visitaré de nuevo para probar otra de sus hamburguesas, para ver si con más texturas, salsas y sazón, pueda decir que vale la pena.
Andrés Fuenzalida 40, Providencia.