
Una nueva dark kitchen (restaurantes que no tienen mesas y sólo funcionan para retiro y/o delivery) se instaló en el barrio Lastarria, en las cercanías del Parque Forestal.
Se trata de de Sorry Burger, la nueva propuesta de smashed burgers que viene a romperla en un barrio donde, hasta ahora, reinaba Holly Molly y sus ricas pero minúsculas preparaciones.
Estamos hablando de un producto de primera: hamburguesas muy sabrosas, contundentes y de tamaño perfecto, todo dentro de un pan de papa rico y suave, ideal para comerlas con la mano. Se nota mucho que ingredientes como el queso o el tocino son de calidad.
En Sorry Burger no tienen por qué pedir perdón, pues sus precios (desde los $5.900 hasta los $9.000, en el caso de aquellas dobles con mayor cantidad de ingredientes) valen totalmente la pena. En eso no se parecen a los amigos de Holly, donde por $7.000 te dan una hamburguesa simple (rica, sí), pero enana (casi en tamaño Big Mac).
Mención especial para el diseño de su empaquetado y propuesta de marketing en general. Todo está muy trabajado, resultando en una experiencia de primera desde que conocemos la marca, hasta que compramos y degustamos.
En fin. Sorry, Holly Molly. Los quiero, Sorry Burger.