
Estamos conscientes que, hace rato, la gastronomía peruana se instaló con todo en nuestro país. En Santiago centro abundan restaurantes de este tipo y no es difícil pillarse con verdaderos oasis de sabor que, aunque pasen desapercibidos o no gocen de tanta popularidad, pueden darnos más de una sorpresa.
Tal es el caso de Puerto Esmeralda, un restaurante peruano que está casi literalmente frente al edificio donde vivo, en pleno barrio Esmeralda. Por mucho tiempo, pasé frente a él sin darle mayor importancia. Pero todo cambió hace un par de semanas.
El contexto: día de elecciones. No habían ganas de cocinar y, como no pasaba hace mucho producto de la cuarentena, se podía transitar libremente por la capital. Salí a buscar mi almuerzo y encontré casi todo cerrado. Claro, sólo podían operar los restaurantes atendidos por sus propios dueños, por lo que lo único abierto era un chino que no me tincó mucho.
Resignado, volví al departamento. Pero cuando estaba llegando al edificio, me percaté que Puerto Esmeralda estaba funcionando. Se me había presentado la oportunidad ideal para despejar todas mis dudas respecto al lugar. No lo dudé y entré. ¿La elección? Lomo saltado.
Como es obvio, tenía que ser para llevar, así que pagué ($9.200, no es picada) y esperé afuera hasta que me lo entregaron. Una vez en el departamento, abrí el paquete y me encontré con dos cajitas: en una venía el lomo, perfectamente preparado y con toda su enjundia; y en la otra, las respectivas papas fritas, muy caseras y de corte grueso, buenísimas, además del arroz. Lo monté todo en un plato y me lancé. La experiencia fue tremendamente gratificante.
Estaba en presencia de una exquisita preparación, con cortes de carne tiernos y sabrosos, perfectamente sazonados. Una maravilla. Pensé en lo tonto que fui al no animarme antes a conocer este lugar, a sólo unos cuantos metros de mi hogar. Todo fue alegría y satisfacción.
Desde ese día, la tentación es permanente y no hay dudas de que seguiré reencontrándome con estos sabores. Puedo decir, con franqueza, que este humilde y poco ostentoso lugar, supera con creces a varios del sector que se jactan de tener la mejor gastronomía peruana. Puerto Esmeralda, tremendamente recomendado.
Esmeralda 785, Santiago. Pueden pedir por aplicaciones.