

En plena cuarentena, parece ser que lo único que podemos seguir haciendo es comer cosas nuevas. Les guste o no, el delivery asoma como EL panorama en tiempos de confinamiento. Fue así como, revisando la oferta de hamburguesas en una conocida app, llegué al menú de FKN Burgers. Me sonaba pues su estrategia de redes sociales no hace más que mostrarme llamativos anuncios que, finalmente, me hicieron ceder.
La cosa es que encargué una “FKN Surf & Turf”, hamburguesa con camarones apanados en panko, láminas de palta, salsa criolla, mayonesa y salsa de ají amarillo. Al llegar el pedido, la impresión fue bastante buena. Me encontré con un packaging compacto, bonito y con buen diseño. Top. Al abrirlo, la cosa cambió un poco: una discreta porción de papas fritas -que, debo decirlo, estaban bien ricas- y una burger pequeña aunque bien armada.
Al probarla, la sensación fue buena, mas no excepcional. Se nota que los ingredientes son de calidad, pero, a mi juicio, a la carne le faltaba sabor. En términos simples, estaba falta de aliños, de sal. Si bien la situación se compensaba parcialmente con las salsas, la verdad es que éstas no venían tan bien como creía. No digo que la hamburguesa, en su conjunto, haya estado mala o desabrida, pero creo que podrían sacarle mucho más partido. Por lo demás, esperaba un mayor protagonismo de la palta, que resultó casi imperceptible.
El pan brioche estaba muy rico: suave, esponjoso y liviano. Quizás sólo tuve mala suerte y me tocó un cocinero desmotivado. Por lo mismo, pretendo darles otra oportunidad, donde me iré a la segura con las hamburguesas más tradicionales.
En resumen, FKN está bien, cumple, pero todavía le falta para alcanzar un nivel como las de Holly Molly (pequeñas pero muy sabrosas) u otras como Honesto Mike, Mr. Jack, Uncle Fletc, La Burguesía o Albedrío.
Si van a pedir en FKN Burgers, les sugiero complementar su orden con papas fritas o algo más, pues se trata de una hamburguesa pequeñita.