
Hablar de Lima -capital de Perú- es sinónimo de buena mesa, comidas sabrosas y una gran variedad de platos típicos. Tentador panorama que me “obligó” a ir a conocer parte de esas delicias.
Tras un largo recorrido por el centro histórico de la ciudad, nada mejor que reponer energías con un buen plato de comida. Es así como descubrí el restaurante “Altar Mayor”, a sólo media cuadra de la Plaza de Armas, con un menú muy variado y donde por 23 soles (4.500 pesos chilenos aproximadamente) uno puede consumir una entrada, plato de fondo, postre y una gaseosa. Además, casi siempre captan la atención de los turistas regalando un pisco sour de cortesía.
Acompañado de la clásica Inca Kola, mi experiencia comenzó con una exquisita Causa de pollo, elaborada en base a papa amarilla, choclo, huevo, mayonesa, entre otras cosas. Es una maravilla y dosis precisa para abrir el apetito y darle paso a mi plato de fondo: un Lomo Saltado.
Apenas lo recibí supe que estaba buenísimo. El aroma que emanaba la carne, fundida con cebolla morada y pimiento rojo dijo que no estaba equivocado. Un lomo blando, sabroso, que suelta un jugo que viene de maravilla cuando lo combinas con las papas fritas y el arroz. Quedé satisfecho y conforme.
La carta es amplia. Hay muchos platos que incluyen mariscos, pero quise irme a la segura. De ahí en adelante, la gastronomía peruana se ganó -aún más- mi respeto. Punto aparte es la atención del local: fue excelente y en ningún momento se deja ver una “mala onda” con los chilenos, mito que al parecer creamos nosotros, pero que no traspasa la frontera de nuestro país.